Israel López – La oportunidad de vincular prácticas y praxis profesional
- educarlex
- 17 feb 2020
- 4 Min. de lectura
La verdad es que hablar de mi periodo de prácticas curriculares conlleva remontarse mucho en el tiempo. Mi experiencia en los diferentes periodos de prácticas curriculares los recuerdo en líneas generales como una experiencia muy gratificante y productiva dentro de mi vida como estudiante de Educación Social. Sobre todo porque me permitió en su momento entender la Educación Social desde la praxis, y tras momentos complejos, en los que no sabes como vas a encontrar el mercado profesional, me sirvió para encontrarme con la Educación Social, y descubrir que efectivamente, esto era a lo que me quería dedicar.
Durante mi etapa universitaria realicé dos periodos de prácticas, en segundo y tercero de carrera, respectivamente. Yo realicé los estudios de diplomatura, por lo que solo cursé tres cursos académicos. Mi primer periodo de prácticas lo realice en el Comité Ciudadano AntiSIDA de la Región de Murcia – CASMU, en la ciudad de Murcia, una entidad que actualmente no existe. Este periodo de prácticas me sirvió para conocer de primera mano la profesión de la Educación Social. Viéndolo en perspectiva, reconozco que esta experiencia ha sido uno de los mejores aprendizajes que mis años de universidad me pudieron aportar. La entidad en la que hice las prácticas estaba orientada hacia la educación sexual, la prevención de las ITS y la visibilizacion del VIH en una sociedad que sigue tratando el SIDA como un tabú. Además, esta entidad contaba con pisos de acogida para personas sin recursos portadoras del VIH, punto de intercambio de jeringuillas, grupos de apoyo, y una fuerte línea de investigación, reflexión y difusión de contenidos socioeducativos.
Esta experiencia fue una experiencia dura, una experiencia que exigía mucho a nivel personal y profesional y que me hizo comprender la magnitud de la profesión. Fue una gran oportunidad que disfruté mucho como alumno. Intenté conocer y compartir todas las oportunidades que se me brindaron porque en ese momento entendía que probablemente no tendría más oportunidades como esta, ese fue mi principal premisa durante las practicas, la de intentar aprovechar la oportunidad de aprendizaje que tenia ante mis manos. Entre tantas cosas que me llevé de esa experiencia, fue la de poder conocer a grandes profesionales de la Educación Social que de un modo o de otro, han servido de modelos en mi trayectoria profesional. Durante este periodo de practicas, el vinculo con la universidad fue muy estrecho, algo que agradecí.
Considero que es muy importante mantener este vínculo y no perder la perspectiva académica de esta formación. Tenemos que tener muy presente que durante las prácticas no dejamos de ser alumnos y alumnas en plena formación, los alumnos de práctica no están para aliviar el trabajo de los profesionales, ni mucho menos para realizar tareas auxiliares como hacer fotocopias. Su labro es la de profundizar en su proceso de aprendizaje desde la praxis. Al poco tiempo de finalizar mis prácticas en esta entidad, el Comité Ciudadano AntiSIDA de la Región de Murcia – CASMU tuvo que cerrar. Una lastima, reflejo del modelo de financiación de las entidades del Tercer Sector en el estado español, que en muchas ocasiones provoca que entidades con trayectoria y gran compromiso se vean forzadas a cerrar, una verdadera lastima.
Mi segundo periodo de prácticas la realice en el tercer, y último año de la carrera universitaria. Las realicé también en el municipio de Murcia, concretamente en la pedanía de Zarandona, dando así comienzo a una historia que comentaré más tarde. La entidad donde realicé mi segundo periodo de prácticas se llama ASTRAPACE, una asociación que se dedica a la atención y el tratamiento de las personas con parálisis cerebral y patologías afines.
Elegí esta entidad por el siguiente motivo, me encontraba finalizando mis estudios de Educación Social, y tenía la sensación de que no había profundizado en el papel del Educador Social en el ámbito de la discapacidad, por lo que decidí aprovechar este periodo de prácticas para profundizar en este aprendizaje. Fue una grata experiencia que me permitió conocer de primera mano una realidad que desconocía desde el plano profesional. Una entidad que trabajaba desde la Educacion Formal y la educación No Formal, disponía de diversos programas de Ocio Alternativo, seguimiento de casos,… además de un excelente equipo profesional. Una entidad con un gran compromiso que me trato como uno más desde el primer momento. A través de mi periodo de prácticas con ASTRAPACE pude disfrutar de un aprendizaje muy completo, permitiéndome desde la propia entidad tener la autonomía suficiente como para poder diseñar mi propio plan de practicas en función de mis inquietudes profesionales, algo que supe aprovechar, pues tenia claro que era uno de los últimos aprendizajes que iba a aprovechar desde el ámbito académico.
Meses más tarde, una vez finalizado mi periodo de practicas, y una vez terminada la carrera, fundé junto con un grupo de compañeros y compañeras, una asociación socioeducativa para infancia y adolescencia. Elegimos la pedanía de Zarandona como el lugar donde desarrollar nuestra labor, gracias a todo el aprendizaje que había obtenido durante mi periodo de prácticas. Entendimos que era necesario seguir estableciendo relaciones entre entidades que trabajar desde sectores aislados.
A modo de conclusión, recuerdo mi periodo de prácticas como una gran oportunidad para vincular los conocimiento académicos de la Universidad con la practica diaria del ejercicio profesional de la Educación Social. En mi caso, me sirvieron para entender realmente que significa ser Educador Social y, como he dicho anteriormente, afirmarme a mi mismo que esta era la profesión a la que me quería dedicar.
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