Educación Social y Prácticas Curriculares: Mi experiencia 🔥
- educarlex
- 29 jul 2019
- 8 Min. de lectura
¿Quién mejor que yo mismo para inaugurar esta nueva sección de experiencias en Educación Social y prácticas curriculares?
Todavía no las había compartido en la plataforma Educarlex, y por un buen motivo. Cuando yo realicé el grado en la Universidad de Almería, contábamos con prácticas curriculares en segundo curso (dos semanas) y en cuarto (3 meses), pero recientemente creo que los planes educativos referentes a las prácticas se han visto modificados y actualmente solo cuarto cuenta con esa opción. Por donde empezar…
Índice
Mi experiencia en prácticas curriculares de Educación Social
2º Curso
La entidad donde realicé las prácticas no tiene una finalidad lucrativa y se dedica a la promoción de toda clase de acciones e información destinadas a mejorar la situación de las personas afectadas por la Esclerosis Múltiple (E.M.) y Enfermedades Neurológicas Similares (E.N.S.) pero, ¿cómo valorar mi experiencia? Con claroscuros.
Podría comenzar diciendo que desconocían por completo desde la gerencia hasta el resto de trabajadores, la labor de la ES, lo cual no deja de ser curioso ya que era una entidad con cierta trayectoria en el convenio con la Universidad, ¿se olvidan de año en año del alumnado en prácticas que acude a su espacio? Puede ser.
Acudí un día antes de lo previsto con una compañera de clase que también escogió dicha entidad para conocer tanto la ubicación, como el personal con el que compartiríamos tiempo y espacio durante los próximos 15 días. El recibimiento fue muy bueno por parte de todo el equipo y a grandes rasgos muy positivo, donde se nos marcó en gran medida el rumbo a seguir durante nuestra estancia, desde intervenciones directas con los usuarios asistentes, talleres formativos, sesiones informativas, etc.
El problema vino al día siguiente, cuando oficialmente comenzaba nuestro periodo de prácticas y todas esas buenas palabras quedaron en el aire. Por supuesto, obviaré las explicaciones que tuvimos que dar sobre que somos y lo que podemos hacer, he perdido la cuenta durante estos años.
Con la ilusión en el cuerpo y las ganas de empezar una experiencia nueva, nos topamos de lleno con la que sería nuestra realidad diaria. Nada de talleres, ni de sesiones formativas, ni acciones socioeducativas, ni intervenciones; ni nada remotamente parecido a la Educación Social. Nuestras nuevas tareas asignadas fueron:
Coger el teléfono
Pintar un mural mi compañera y yo en honor de un día muy específico
Ir al bar de la esquina a por churros para la directiva (mi favorita)
¿Atrás quedaron las buenas intenciones? ¿Qué tipo de convenio con la Universidad permite que sus estudiantes de un grado de intervención directa con los usuarios hagan como único cometido comprar churros? Para los que se pregunten si en algún momento informamos a nuestro tutor de prácticas asignado sobre la situación vivida, la respuesta es: SI
Tanto es así, que se personificó en dicha entidad para corroborar nuestras palabras, pero ante nuestro nuevo asombro, su única respuesta y solución a nuestra problemática fue:
Jajajaja pues si que es verdad lo de los churros, bueno….estás cosas pasan, son solo 15 días. Pasan rápido.
Nuestra queja de poco sirvió, se topó con una desidia o una falta de respeto total por la profesión sólo comparable a la compra de churros como única actividad de prácticas. Y coger el teléfono, que no se me olvide.
La parte más positiva que puedo decir fue el día que pudimos estar con los usuarios de manera directa, ya que se celebraba el aniversario de la entidad y poco a poco pudimos acompañarlos y llevarlos hasta un parque cercano a las inmediaciones. Fue un trato mucho más personal donde conocimos muchas historias personales, su día a día con la enfermedad y el trato que la Administración les daba. Ese mismo día pudimos exponer nuestro «mural», el que habíamos estado haciendo para exponer el daño de la enfermedad en el cuerpo.
También puedo destacar de manera muy positiva nuestra participación en las actividades de hipoterapia organizadas por la entidad, una terapia integral para promover la rehabilitación a nivel neuromuscular, emocional, cognitivo y social por medio del caballo como herramienta terapéutica. En dicha actividad participamos activamente con los usuarios y con los profesionales de la equitación responsables del recinto. Sin duda un magnífico día para el recuerdo tanto a nivel personal como profesional.
Un buen resumen de lo que fueron mis prácticas de segundo curso.
¿Pueden superarse?
4º Curso
¿Por dónde empezar?
Llevaba muy pocos meses en el grado cuando una compañera y amiga me dijo que había visto un cartel en la Universidad sobre una asociación de «juegos de mesa», decía ella. Supongo que fueron los nervios típicos al iniciar una nueva etapa pero le dije que no me interesaba. A los pocos días me contó maravillas de la asociación e insistía una y otra vez en darle una oportunidad y acudir con ella, al menos para probar. Creo que la balanza se inclinó en el momento que me dijo que usaban los juegos de mesa para algo más que pasar el rato.
Acabé pasando casi 5 años en dicha entidad…
Hubo más luces que sombras durante esta etapa, donde aprendí muchísimo en cuanto intervención sociocomunitaria con diferentes colectivos y en diferentes contextos empleando para ello el juego de mesa como herramienta. Mi error a título personal fue (entre otros) convertir un voluntariado en una obligación casi laboral, llegando a concentrar casi por completo mi vida en dicha asociación. Lo que comenzó como un gran proyecto con un enorme potencial se fue degradando poco a poco con el paso de los años hasta convertirse en una «empresa», palabras de la directiva. Y ahí lo vamos a dejar.
Mi otro error fue verme inmerso en el proceso para incluir a dicha asociación en el listado de las prácticas curriculares de Educación Social, bajo nuevas promesas disfrazadas de las antiguas y ya conocidas. El mensaje que se me transmitió y acepté fue el siguiente:
Como tu ya conoces muy bien la entidad, cómo trabajamos y con quién trabajamos, si haces aquí las prácticas te vamos a ampliar mucho el campo de actuación y te vamos a dar luz verde para cualquier proyecto que quieras lanzar desde la asociación
Y en aquel momento con la sensación que tenía de comerme el mundo de la manera que quería, acepté la propuesta sin dudarlo. Otro fallo, porque perdí mi oportunidad de trabajar con nuevos colectivos y en nuevos ámbitos.
El día llegó y mis prácticas de cuarto curso empezaron en la asociación y para mi sorpresa, no estaba sólo, varios compañeros de clase también estarían de prácticas curriculares conmigo. El siguiente fallo fue convertirme a mí (un práctico más) en el «dirigente» de las prácticas de mis compañeros por el hecho de saber cómo trabajaba la asociación. La dirección de la asociación derogó en mí toda la formación inicial de mis compañeros y compañeras (tanto de mi grado como del grado de psicología) en el uso de los juegos de mesa para desarrollar la creatividad, las capacidades cognitivas o las habilidades sociales.
Literalmente estuve 2 semanas como cabeza de todo el prácticum, dirigiendo toda la formación inicial en juegos de mesa y perdiendo mi rol de alumno de Educación Social en prácticas curriculares, lo hiciera bien o lo hiciera mal. Tanto es así, que algunos de mis compañeros se estaban ya cuestionando mi papel dentro de la asociación, pues antes de preguntar sus dudas a la dirección, acudían a mí (el otro alumno de prácticas).
Tuvimos que acudir los 9 alumnos y alumnas de prácticas de Educación Social y Psicología a su despacho para pedirle «por favor» unas directrices y un trabajo que elaborar para nuestros siguientes 3 meses.Tras un encuentro bastante dudoso sobre qué hacer y cómo, lo único relevante que pudimos sacar al menos los estudiantes de Educación Social, fue que elaboráramos propuestas sobre nuevos talleres y demás actividades que tuvieran como eje central el juego de mesa. Y nos pusimos manos a la obra.Algunas de las ideas que surgieron fueron:
Taller de Lectoescritura para personas mayores
Taller de Lectoescritura para niños y niñas (2ª edición)
Presentar a los prácticos el Taller de Atención y Memoria para personas mayores
Gyncana por el barrio donde se encuentra la asociación entre las diferentes tiendas de la zona
Propuesta de intervención en el C.E.E.E. C. Apoyo I. Sordos Rosa Relaño
Continuación con los talleres ya existentes en diversos centros educativos
Algunas las pudimos llevar a cabo, como la gyncana del barrio que tuvo una gran respuesta por parte de los comerciales del barrio y de los vecinos en general o el taller de atención y memoria para personas mayores, que sin duda fue la gran revelación y que se mantendría en el tiempo durante 3 años.
¿Aprendimos durante nuestras prácticas curriculares de Educación Social? Respuesta corta, sí.
¿Respuesta larga? Sí, pero…

Es ese «pero» el que trae consigo más sombras que luces. La sensación de abandono total por parte de la dirección que teníamos no mejoró prácticamente nada y la mayor carga de responsabilidad sobre qué directrices tomar seguía cayendo sobre mis hombros, un práctico más pero con el hándicap de que yo era voluntario en dicha asociación. En aquel momento ya contaba con 3 años de voluntariado y experiencia en el uso del juego de mesa. Mis compañeros y yo llegamos a pensar que eramos voluntarios a servicio completo y mi situación se complicaba, ya que mis labores de voluntario se estaban mezclando con las de un práctico que a su vez dirigía a los prácticos casi en su totalidad.
Mi estrés y la situación que me estaba generando provocó que en más de una ocasión informara a la presidenta de mi incapacidad para dirigir a los prácticos puesto que, yo era uno más y se estaban delegando sobre mi persona responsabilidades que no me correspondían. Todas y cada una de las veces que lo hice sólo generó un malestar entre los prácticos, ya que la dirección les trasladaba el siguiente mensaje:
No podéis esperar que Alex lo haga todo, tenéis que tener iniciativa y empezar a ser responsables de vuestras propias acciones. Ya sabéis muchos de los juegos que empleamos en los talleres, así que no carguéis a Alex con tanto trabajo.
Si estaba sobrepasado no era por parte de mis compañeros y compañeras, no eran los responsables directos de mi situación. Una vez más, se delegaba en mí no sólo la responsabilidad del prácticum, si no la sensación de que no debería haber trasladado mi queja. Una queja que no era dirigida a mi compañeros.
Padecí el famoso y conocido: «Si te callas malo. Si hablas peor.»
Más adelante, algunos de mis compañeros y compañeras de prácticas acudieron a hablar con la dirección para exponer su malestar por el devenir de sus prácticas curriculares y eso generó un problema que más tarde vería la luz*. Nuestro tiempo llegaba a su fin y por ejemplo, en el taller de atención y memoria para personas mayores, la dirección acudió sólo 1 vez (10 minutos) para comprobar que todo fuera correcto. Sinceramente creo que estábamos deseando terminar, yo incluido.
Todo este periodo fue el principio del fin para mí. Tras todo esto, mi participación en las diferentes actividades decayó considerablemente, hasta el punto de que me centré casi por completo en el taller de atención y memoria para personas mayores (el único que en aquel momento me hacía feliz) y el resto, ya es historia del pasado. Continué casi 2 años más hasta que la situación fue insostenible y HOY desde fuera, muchas veces me sigo planteando cómo es posible que aguantara tanto y supongo que es porque a veces la línea entre lo positivo, lo negativo y lo emocional es demasiado fina.
C’est fini
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